Salmos criollos

Prólogo.

Introducción.

Salmo 1: Los dos caminos.

Salmo 3: Gritándole a Dios.

Salmo 4: Salmo de anochecer.

Salmo 6: ¿Hasta cuándo Señor?

Salmo 8: Mirando el cielo.

Salmo 11 (12): El grito del pobre.

Salmo 19 (20): Ruego por el jefe.

Salmo 21 (22): i Dios mío, Dios mío!

Salmo 22 (23): El Señor es mi tropero.

Salmo 27 (28): Escucha la voz del ruego.

Salmo 28 (29): La voz del Señor.

Salmo 29 (30: Quiero cantarte, Señor.

Salmo 30 (3 1): En Vos, Señor, me refugio.

Salmo 32 (33): Haya fiesta y alegría.

Salmo 36 (37): El bueno y el maula.

Salmo 37 (38): Tu mano es muy pesada.

Salmo 38 (39): La cincha.

Salmos 41 y 42 (42 y 43): La mostalgiosa.

Salmo 43 (44): Regalame un aclarar.

Salmo 45 (46): Dios con nosotros.

Salmo 48 (49): Oigan todos los presentes.

Salmo 50 (5 1): El arrepentimiento.

Salmo 51 (52): Lenguas de víboras.

Salmo 57 (58): Contra los jueces inicuos.

Salmo 60 (61): El alero de Dios.

Salmo 61 (62): La marejada.

Salmo 62 (63): La añoranza.

Salmo 64 (65): Te debemos la alabanza.

Salmo 66 (67): La cosecha.

Salmo 70 (7 1): No te quedes en la loma.

Salmo 72 (73): Casi un refalón.

Salmo 76 (77): Tormenta de nostalgia.

Salmo 79 (80): La palabra de Dios.

Salmo 81 (82): Hagan justicia al humilde.

Salmo 83 (84): El promesero.

Salmo 84 (85): La salvación ya puertea.

Salmo 87 (88): Abandonao de tu mano.

Salmo 89 (90): Como el ayer que pasó.

Salmo 90 (91): Bajo el poncho de Dios.

Salmo 93 (94): El Dios de las venganzas.

Salmo 94 (95): Reses de su marca.

Salmo 97 (98): El Dios de la justicia.

Salmo 99 (100): Puertiando.

Salmo 102 (103): El cariño de Dios.

Salmo 103 (104): La creación.

Salmo 111 (1 12): El hombre recto.

Salmo 112 (1 13): El Dios bueno.

Salmo 120 (121): Dios centinela.

Salmo 125 (126): Los repatriados.

Salmo 126 (127): La vida de hogar.

Salmo 127 (128): El rancho feliz.

Salmo 128 (129): ¡Es la historia de mi pueblo!

Salmo 129 (130): El tembladeral.

Salmo 130 (131): Brazos de madre.

Salmo 132 (133): Los hermanos.

Salmo 133 (134): Serenata de anochecida.

Salmo 136 (137): La cautiva.

Salmo 137 (138): ¡Qué bueno es Dios!

Salmo 138 (139): Dios rastreador.

Salmo 139 (140): Yo confío en Vos.

Salmo 140 (141): La tentación.

Salmo 141 (142): Llorando, Señor, te llamo.

Salmo 143 (144): Fortín serrano.

Salmo 144 ( 145): Quiero alabarte, Dios mío.

Salmo 146 (147): El puntal.

Salmo 147 (148): La palabra de Dios.

Salmo 148: Alabe al Señor la tierra.

Salmo 149: El zapukay.

Salmo 150: Himno final.